¿Dibujan los tiranos?

Dentro de la caja de colores Prismacolor que podíamos comprar en cualquier papelería de Caracas hace cuarenta años hay un azul, el «azul petróleo», que aún conservo de esa, mi primera caja.

 

Nunca más lo encontré en las dos siguientes que adquirí, con lo que me he convencido de que los estadounidenses solo enviaban ese tono a países como Venezuela, donde los niños podíamos colorear con naturalidad cualquier elemento referido al recurso que marcó las vidas de nuestra generación. 

Saco de uno de los cajones mi creyón (adaptación vernácula de crayon) para mirarlo y escribir. 


Quiero recordar que este azul intenso, no muy logrado (¿acaso no hemos visto la negrura de esa pasta?), pero azul sin ambages, fue el origen del bien y del mal, el instrumento que generó los actuales mapas que terminan negociándose entre los tiranos. 


Los del Norte siguen igual que cuando pensaron en los niños del Sur: reparten los colores y nos los sacan.

Comentarios

Los más...

Un poco de sustancia

Lo que no está

«Qué profunda emoción»