https://youtu.be/dudIpQbStJo

El escritor que tecleaba en la máquina estaba casi obligado a aprovechar su lienzo. Debía organizar la mente desde el origen.


Me parece un avance del pasado.


No entiendo las películas donde un personaje introduce el folio, empuja el prensapapeles y, apenas tecleadas dos letras, fuerza la perilla del rodillo, arranca la hoja que sofoca entre las manos y la arroja con más o menos suerte a una papelera. Prefiero esa secuencia de Jerry Lewis ante la máquina imaginaria en Who’s minding the store.


Es que no te sentabas ante una máquina ni siquiera imaginaria sin ideas medianamente claras.


Pues eso: escribir en el ordenador como si lo hiciera en el papel de aquella cuidadísima Olivetti de mis padres, modernidad de una adolescencia responsable.

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